Los estudios indican una caída dramática en el número de insectos, en zonas habitadas hasta el 80 o 90% e inclusive se nota en áreas con pocos humanos. Las razones son el aumento indiscriminado de insecticidas, fertilizantes y destrucción de hábitat (flora y fauna), estos rompieron en tierra como en el océano los ecosistemas lo que implica destrucción colateral de especies.
Las abejas que contribuyen a polinizar un 40% de lo que los humanos consumen están teniendo mortandad inaudita y pese a las denuncias de los corticoides e insecticidas como de plantas transgénicas que se sabe la están afectando son de tal magnitud los intereses económicos de empresas como Monsanto que estas son casi intocables y tratan de suplir la desaparición generando hasta un 30 o 40% anual de más panales para reponer la caída, pero ¿por cuánto tiempo se podrá sostener?
Se descubrió que unas arañas que depredaban insectos que atacan plantas cultivadas también desaparecían por todo lo anterior y además por el cambio climático generalizado o en los océanos cuando destruyen una especie por sobrepesca como la sardina o el atún se rompe la cadena trófica y empieza a derrumbarse la productividad biológica. Otros insectos que están desapareciendo son las libélulas, mariposas, catarinas, grillos, entre otras especies.
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