El jaguar es el felino más grande de América y el tercero a nivel mundial, y se encuentra en peligro de extinción debido a que su población ha descendido de manera drástica en los últimos años. Según investigaciones del Instituto de Ecología de la UNAM es debido a la pérdida de su hábitat por la implementación de caminos, áreas de cultivo y tala ilegal de madera, -la mayor amenaza en contra de esta especie son los humanos-.
En México hay menos de 4 mil ejemplares, y ya desapareció gran parte de la población de la Panthera onca, esta solo se encuentra en áreas aisladas y de difícil acceso del Pacífico y del Golfo y en las sierras madre Occidental y Oriental. Hay 1800 ejemplares a lo largo de la Península de Yucatán, Oaxaca y Chiapas, aproximadamente 400 en Sonora y Sinaloa, quizá 300 en Nayarit, Jalisco y Colima, y 650 en Michoacán y Chiapas.
También tienen el problema de la caza, que ocurre por nimiedades como el uso de la piel, los dientes o por “deporte”, pero la caza más agresiva, es la demanda China de los colmillos, la piel, las garras y genitales, puesto que en Asia se venden hasta en 25 mil dólares.
En México la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), organismo encargado de proteger la vida silvestre, está tan corrompida que ignoran casos tan graves como el que el 80% de la madera en el país es ilegal, lo mismo ocurre con la cacería y captura de especies.
Urge hacer pública la situación crítica que vive, no solo el jaguar, sino múltiples especies silvestres,lo que evidencia la necesidad de una nueva institución sin fines políticos y dirigida por personas capacitadas. A pesar de que actualmente PROFEPA es dirigida por Guillermo Haro, un abogado y académico que ha trabajado en cuestiones de contraloría y administración pública, no es experto en vida silvestre ni en los problemas que aquejan a los ecosistemas, desconoce del tema, igual que la mayoría de sus antecesores porque es un puesto político y no con fines de conservación.
Te podría interesar: