Los residuos del cigarro representan un peligro para la salud

La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) afirma que tan solo en las primeras 24 horas una colilla de cigarro libera el 14% de la nicotina de un cigarrillo encendido.

La mayoría de los químicos nocivos se liberan un día después del uso, pero recientemente la FDA descubrió que los niveles de nicotina y triacetina, (una sustancia que se encuentra en los filtros) disminuyeron tan solo en 50% cinco días después de que el cigarro se apagó.

Por lo regular, la atención del tabaquismo de primera (quien fuma) y segunda mano (quien respira el humo o fumador pasivo) son los que se investigan con mayor detenimiento, pero de acuerdo con el reciente análisis también se tienen que analizar los efectos del consumo por tercera mano.

Este tipo de contacto se da a través de los residuos químicos que permanecen en las paredes, los muebles y en otras superficies, en donde pueden afectar a las personas que convivan en ese ambiente.

Para conseguir los resultados de este estudio, un equipo de investigación colocaron 2000 cigarros recientemente apagados dentro de una cámara de acero. Los científicos no consumieron los cigarros ellos mismos, sino que construyeron una máquina diseñada para fumar seis bocanadas, simulando el comportamiento de los humanos.

Una vez que las colillas se apagaron, el equipo de investigación midió los niveles de 8 sustancias emitidas comúnmente por los cigarros, cuatro de las cuales la FDA tiene registradas como muy peligrosas.

Realizaron varias pruebas modificando la temperatura, humedad y saturación, para probar cómo cambian las emisiones bajo condiciones específicas. Cuando la temperatura del aire era más alta, notaron que los niveles de los químicos se elevaban.

Eso quiere decir que los ceniceros que se encuentran en lugares públicos y están expuestos a altas temperaturas, son más peligrosos para la salud de lo que se pensaba. Los científicos concluyen que la masa de nicotina emitida por una colilla durante cinco días podría ser comparable a la que emitiría un cigarro encendido, especialmente a temperaturas más altas.

Uno de los limitantes para el estudio es que solo se usaron los cigarros de la marca líder en los Estados Unidos y no existen otros estudios para comparar los resultados.