El pápalo, los quintoniles, la verdolagas, las guías de calabaza, los germinados de frijol, los huazontles, la hoja santa, los chepiles y el epazote, son solo algunos de los quelites que existen en México, los cuales cuentan con más de 500 variedades.
Los quelites, cuya palabra viene del vocablo náhuatl quilitl (hierba tierna comestible), aparecen en las recetas de 60 culturas que hay en México, y cada una le ha dado su propio nombre.
Sin embargo, por los estigmas existentes contra este alimento, incluso, en las ciudades ya no se encuentra su valor comestible.
La producción de quelites es poco significativa en las estadísticas agrícolas nacionales. En 2016 la Secretaría de Agricultura reportó apenas una superficie cultivada de 260 hectáreas en todo el país. De la gama de quelites, los romeritos son los más populares esta temporada navideña, pero no se tienen datos sobre sus productores ni cuánto se produce anualmente en la CDMX.
Estas plantas tienen propiedades antioxidantes, inhiben el crecimiento de la bacteria Helicobacter pylori, combaten la amibiasis, así como otros problemas estomacales.
Un estudio de la UNAM reveló que son fuente importante de minerales y microminerales, vitaminas y fibra (insoluble y soluble), además de que contienen sustancias que contribuyen a la mejora de la microbiota.