¿Qué mundo le espera a una mujer Afgana?

El regreso de los talibanes al poder en Afganistán ha desatado la desesperanza entre la población del país. Miles de personas han tratado de huir en el aeropuerto. Pero son las mujeres quienes están más temerosas de lo que un nuevo régimen talibán puede traer para ellas.

Desde el comienzo del año 2021 las muertes civiles han aumentado casi un 50% siendo las mujeres y niños quienes mas lo padecieron, desde que comenzaron los registros en el año 2009 cada seis meses en los primeros años morían civiles informo la ONU en conjunto con el gobierno Afgano.

Durante 1996 y 2001, los talibanes en el gobierno impusieron una visión ultraortodoxa de la ley islámica que impedía a las mujeres estudiar o trabajar, salir de casa si no era acompañadas de un miembro masculino de su familia y les obligaba a llevar el burka —un velo integral— en público.

Las flagelaciones y ejecuciones, incluso la lapidación por adulterio, eran prácticas habituales en las plazas y estadios de las ciudades.

Sin embargo, la situación, sobre todo en las zonas rurales, no mejoró sustancialmente para las mujeres con la marcha de los talibanes en 2001.

Después de saber lo que esta pasando en Afganistán nos damos cuenta que casi 20 años de avanzar en los derechos humanos de las mujeres, los Talibanes echan abajo esto porque aunque digan que mantendrán sus derechos es muy posible que en menos de un mes vuelvan sus leyes, y las mujeres se vuelvan objetos para ellos. También están habiendo manifestaciones y muestras de apoyo de mujeres alrededor del mundo para impedir esta nueva legislación.

Para toda una generación de mujeres afganas que ingresaron a la vida pública (legisladoras, periodistas, gobernadores locales, médicas, enfermeras, maestras y administradoras públicas) hay mucho que perder. Mientras se esforzaban, trabajando junto a colegas masculinos y en comunidades no acostumbradas a ver mujeres en posiciones de autoridad, para ayudar a construir una sociedad civil dirigida democráticamente, también esperaban abrir oportunidades para que las generaciones posteriores de mujeres las sucedieran.